Uno puede descubrir que el mundo es maravilloso, si se toma el trabajo de viajar alrededor de él. Pero si lo que se quiere es embarcarse en una aventura, no basta con dar la vbuelta: hay que hacerlo exactamente en ochenta días con contratiempo incluido. El caballero inglés Phileas Fogg apuesta a sus amigos, miembros del Reform-Club de Londres, que puede realizar tal hazaña, y atraviesa con su criado francés Passepartout acéanos, mares, países y miles de obstáculos que evalúan su capacidad para salir airosos de situaciones de riesgo. El lector, si bien viaja con boleto de primera clase, experimenta los tormentos que mantienen incólume al protagonista, sólo atento al estilo de su razonamiento, la precisión de sus pasos y